Nació el 11 de noviembre de 1960 y se crió sin un hogar fijo, saltando entre bases militares sin parar en ninguna más de tres años. Nunca se quejó pero se negó a seguir a sus padres en cuanto tuvo edad suficiente para vivir sola. Lo más parecido que tuvo a un hogar fue la ciudad de San Francisco. Comenzó a estudiar moda y aunque es tímida y reservada, encontró una manera sexy pero poco ortodoxa de superarlo, posando para Playboy.
Esta es la historia de Lisa Welch, una estrella fugaz que posó para Playboy en el septiembre de 1980. Después de eso trabajó en varias películas, entre ellas La venganza de los nerds e Historia del mundo: Parte I. Lisa terminó viviendo una vida tranquila junto a su marido criando a sus nueve hijos en su bodega en Malibú.
Basándome sólo en esta breve biografía, yo diría que Lisa Welch fue una mujer extremadamente inteligente, pero yo no he venido aquí a hacerme el psicólogo, sino a enseñarte uno de los chochos peludos más maravillosos de la historia de Playboy.
Como calculé en la sexta edición de la saga porno actual vs porno retro, el porcentaje de porno en el porno actual superaba el 80% de la escena, sin embargo el porno en el porno retro rondaba el 34%. Esto es algo que puedes observar con claridad retrocediendo en la historia del porno, cuanto más te acerques a la década de los 80, más importancia tendrá el atrezzo. Esta fotografía es mucho más que una mujer desnuda, fíjate en el estampado de la silla y de la pared, en el toque de color del ramo de flores en segundo plano, la calidad de los muebles, los tonos dorados, la majestuosa taza sobre el periódico doblado, toda esta fotografía rebosa éxito en cada uno de sus píxeles. La mujer está ahí como consecuencia de todo lo demás. Playboy no sólo muestra mujeres, Playboy muestra un estilo de vida, un anhelo, un deseo. El éxito masculino.
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