Fue en el año 1998 cuando descubrí la mejor disertación sobre el suicidio que se ha escrito jamás. La catalogo de oda. Bien podría haber salido de la mente de un refutado filósofo pero es la letra de una canción de A Palo Seko, del disco No todo el monte es orégano. Se titula ke kosa más extraña y os pediría por favor que primero la leyerais con atención.
Su vida quiere acabar, poder conocer el más allá.
Tan sólo por curiosidad, aunque las cosas no le van mal.
Sin problemas familiares, un curro de responsabilidad,
con su coche y su garaje, sin malos rollos que arreglar.
La duda le asalta y le come las entrañas,
y piensa en matarse, vaya cosa más extraña.
No tiene motivos para el suicidio
pero le da igual, lo quiere probar.
La máxima expresión de libertad individual,
matarse a sí mismo sin tenerlo que explicar.
¿Qué hago? ¿Qué soy?
Lo tiene que averiguar.
Un tiro en la frente se lo va a solucionar.
Y ahora os dejo disfrutar con la visión musical tan peculiar de este querido grupo de genios.