Llevo mucho tiempo diciéndolo, las redes sociales apestan. Me habéis escuchado decir en más de una ocasión la cantidad de imbéciles que campan a sus anchas en estos medios. Facebook por supuesto es la cuna de la mediocridad, si de algo sirve es para sacar a relucir el lado más idiota de las personas.
A veces parece que sea el propio facebook quien convierte a las personas en imbéciles, pero las personas ya son imbéciles de fábrica, facebook sólo es el altavoz para que confirmen a los cuatro vientos el tipo de persona que son.
Posiblemente lleve desde 2013 criticando esta red social, el mismo tiempo que llevo sin subir absolutamente nada, pero por alguna razón hasta el otro día (septiembre de 2016) no he decidido dar el paso definitivo para cerrar mi cuenta de forma definitiva, sin ánimo de volver a activarla.
Publicar tu vida es de gente mediocre, de personas que tienen que llenar un vacío existencial con la falsa expectativa del momento de una foto, del que se tiene que hacer notar, facebook está lleno de personas que hablan a voces por la calle.
En algún momento la sociedad pasó de cuidar con celo su intimidad a regalar de forma indiscriminada todos sus momentos personales, incluido los de su propia familia. Creo firmemente que las personas más inteligentes escaparán tarde o temprano de esa mierda, es imposible que bajo el mismo techo cohabiten personas de tan diferentes estratos sociales, intelectuales y morales.
Yo ya he cerrado mi facebook.