Es posible que nunca hayas oído hablar de la historia que hoy voy a contarte o como en mi caso, oíste hablar hace mucho tiempo pero nunca terminaste de creer por inverosímil. Todo el mundo conoce a los payasos de la tele pero pocos conocen su historia negra.
La historia de los payasos de la tele comenzó en la segunda mitad del siglo XIX cuando Gabriel Aragón Gómez, aspirante a sacerdote, conoció a Virginia Foureaux, una acróbata ecuestre de origen francés hija de del propietario del Grand Cirque Foureaux. Gabriel Aragón más conocido como el Gran Pepino, abandonó su camino al sacerdocio para unir su vida a la de Virginia y al mundo circense.
Tuvieron 15 hijos, de esa segunda generación salieron payasos tan conocidos como Tonino, Emig, Thedy y Pompoff. Posiblemente la tercera generación sea la más influyente para los niños españoles de los 80 con Gaby, Fofó y Miliki y por supuesto la cuarta y última generación de payasos, con Fofito, Rody, Rita Irasema y Emilio Aragón entre otros muchos.
Una cosa que acabo de descubrir es que casi la mitad de la saga payasil es cubana, de hecho el árbol genealógico de los payasos de la tele es lo más parecido al de una dinastía real cambiando reyes por payasos, es un batiburrillo entre españoles, franceses, argentinos y cubanos, con algunos toques mexicanos y puertorriqueños, con sus historias de exiliados y reinos perdidos.
La trayectoria profesional de los payasos de la tele se mantuvo inmaculada hasta 1991, cuando Fofito y Rody, pertenecientes a la cuarta generación, lanzaron un disco con la que posiblemente sea la canción más oscura de la historia de España.
La historia es tan retorcida que te va a ser muy difícil de asimilar. Resulta que entre los muchos discos de canciones infantiles que tiene la dinastía de payasos hubo uno que por alguna extraña razón nubló la razón de todos los que participaron en él y terminó saliendo al mercado con la canción infernal. El disco se llamó Mamma mía y se publicó en 1991. Tras un par de años dormitando en las mentes de los infantes saltó a la fama al popularizarse en el programa Tras 3 Tris de Antena3 que se emitía los sábados por la mañana. Fue cuando una asociación de consumidores de Zaragoza se dio cuenta de la satánica letra de una de sus canciones y denunció a los autores.
La letra de la canción infantil tiene frases como se meten los deditos en los ojitos, adelante y atrás ¡un dos tres!, con un alfilerito se pincha el ombliguito, sólo cuatro veces ¡un dos tres!, con una tijerita bien afiliadita cortar la naricita casi al ras, morder el labiecito con los dientecitos, dar un puñetazo en el maxilar.
Atención porque la última estrofa de la canción es: y si este bailecito no les ha gustado vayamos directos al paso final, romper el vidriecito de la ventanita sin estropearse el uniformito, todos muy alegres del noveno piso saltar a la calle sin gritar, ¡saltar a la calle sin gritar! ¡saltar a la calle sin gritar!.
Como puedes comprobar es tan retorcida la letra que parece mentira que esto haya sido una canción de un disco infantil de payasos. A mí el payaso Rody siempre me pareció un personaje bastante siniestro, aunque en realidad para mí el mundo de los payasos en general es bastante siniestro. El día que mi padre me llevó por primera y última vez al circo lo recuerdo como uno de los peores de mi infancia. Jamás he conseguido ver un atisbo de gracia en un payaso.
Imagina los pasos que tiene que dar una canción antes de salir a la venta en un CD, tiene que grabarse, pasar por el ingeniero de sonido, el productor, los cantantes, los músicos, el director comercial de la discográfica, un sin fin de personas que la escuchan antes de la edición y los propios autores que escriben las letras. Y eso nos lleva al origen de todo este esperpento, los autores de este disparate fueron Carlos Moreán y Álvaro Serrano, dos sudamericanos afincados en Venezuela que definieron la canción como "graciosa y alocada".
Créeme cuando te digo que durante años esta canción tras ser retirada desapareció del mapa siendo imposible encontrar cualquier referencia salvo esta noticia. En las páginas de discos lo único que quedaba era el recuerdo del título y su aberrante portada.
Una cosa que me llama la atención es que la canción se llama "la canción de los hijos" pero en algunos lugares aparece como "la canción de los hijoe". Tras las denuncias y el revuelo mediático que supuso todo esto, Fofito y Rody censuraron la canción y volvieron a editar el disco con una nueva pista número 8, aquí tenemos el documento que lo demuestra:
Sin embargo aquí tenemos una referencia con el títlo "hijoe":
Esto que puede dar la impresión de error de transcripción en mi opinión está lejos de serlo. Si tenemos en cuenta el origen colombiano de uno de los autores todo hace pensar que ese "hijoe" es una abreviatura de hujoeputa. La forma de hijueputa, hijoeputa o güeputa la popularizó Netflix con la serie Narcos, tanto es que hasta implicó en twitter a la propia RAE para decidir cuál era la forma correcta de escritura.
Así que aunque muchos medios se hicieron eco de la canción maldita como la canción de los hijos, en realidad la original es una forma abreviada de la expresión la canción de los hijoeputas.
Tras muchos años de silencio la canción vuelve a florecer como prueba aberrante de lo bizarro que puede llegar a ser el mundo que existe al otro lado de la puerta de tu casa. Supongo que estarás deseando escuchar esta obra del maligno, date prisa porque no sé cuánto durará el link.