Supongo que estarás harto de ver las calles de tu ciudad cada vez más llenas de inmigrantes, gente de fuera que no aporta nada, personas que actúan como pequeñas gomas de borrar que a cada paso van eliminando un poquito de la identidad de España, de la identidad de tu ciudad, de tu pueblo y de tu barrio.
La situación se repite cada vez más, un español medio termina su dura jornada de trabajo y se monta en el coche para regresar a casa donde le espera su familia, las facturas, los problemas de fin de mes y el poco tiempo que disfrutar antes de irse a dormir porque mañana temprano suena el despertador. Pero resulta que éste trabajador español, ahogado por los impuestos, de camino a casa ve pasear plácidamente a un negro con zapatillas Nike mientras habla desde un iPhone. Dos calles más abajo ve a una mora con una toalla reliada en la cabeza, empujando un carrito de niño chico y seguido por un séquito de otros tantos.
Claro, este buen hombre español se pregunta, ¿cómo diablos este negro tiene mejor teléfono móvil que yo? ¿cómo es posible que una familia de moros recién llegados con cinco hijos puedan permitirse el alquiler, la luz, el agua, la comunidad, el transporte, la ropa, la educación y hacer la compra en el supermercado? El pobre hombre sólo quiere pasar el poco tiempo que le queda de día junto a su familia sin complicarse más la vida, así que las preguntas quedan sin responder.
Recuerda ahora las pateras y los barcos de las ONG que salen en el telediario cargados de negros desembarcándolos en puertos españoles. Piensa que sus teléfonos, el alquiler de sus casas, su comida, las facturas de luz y agua, la sanidad y la educación, todo, está saliendo de tu bolsillo. Imagínate a un político quitándole el bienestar a tus hijos para dárselos a estos.
A todos estos inmigrantes, además de caprichos para mantenerlos entretenidos, hay que darles mujeres. Pero claro, una mujer española, educada y con ganas de procurarse un futuro provechoso dudo que esté dispuesta a unir su vida a la de uno de estos simpáticos gandules venidos de ultramar. ¿Cómo hacer entonces para mezclar a las jóvenes y fértiles españolas con los negros inmigrantes? Pues como se ha hecho toda la vida de Dios, adoctrinando con la televisión.
Verás esto funciona de la siguiente forma, la televisión muestra un estilo de vida, nosotros nos horrorizamos, nuestros hijos lo normalizan y nuestros nietos le dan una vuelta de tuerca más. Esto ya lo hemos vivido con la homosexualidad en horario infantil, sólo que ahora les ha tocado el turno a las jóvenes españolas. La mejor forma de cambiar la estructura mental de las españolas respecto a las relaciones con negros es modificar la realidad haciendo que vean a los negros no como lo que son, sino como personas exitosas, divertidas, comprensivas y educadas.
Esto que te estoy contando lo puedes comprobar tú mismo encendiendo la televisión y observando un bloque de anuncios. Es lo que acabo de hacer yo ahora mismo. Este ha sido el primer anuncio, de Orange:
Es curioso porque no contentos con meter a los negros hasta en la sopa, la publicidad también ningunea al hombre blanco, de hecho en este anuncio que recordemos se llama "Busca el Love de tu vida", una de esas relaciones es un hombre blanco con un perro. Son pequeños detalles que se van inoculando en el cerebro de todos hasta normalizar una conducta extremófila.
Otro anuncio del mismo bloque ha sido el de Chicfy. En esta ocasión vuelven a elegir el prototipo de mujer guapa, atractiva y segura de sí misma, coqueteando con un nigga del ghetto:
Poniendo ejemplos de este tipo me podría pegar un mes, la tele, las revistas, las pancartas publicitarias, cualquier rincón es bueno para normalizar las relaciones entre mujeres blancas y negros. Para terminar voy a poner otro ejemplo visto en el mismo bloque de anuncio. Se trata del anuncio de Zalando, verás, este anuncio tiene muchísima más simbología oculta, pero la verdad creo que el concepto ha quedado claro y no quiero extenderme más para no aburrirte, así que me ceñiré sólo a la imagen del negro, además este anuncio es lacabose, el negro tiene cara como diciendo "ey, mira, me estoy follando a tu raza en tu propia casa":
Yo estoy contribuyendo con mi pequeño granito de arena evitando comprar cualquier cosa que anuncie un negro.