Algo que nunca he contado fue una de las primeras películas porno que vi con sonido. Si eres un jovenzuelo que ha crecido viendo porno en el móvil es posible que no me creas, pero hubo un tiempo en el que la pornografía se consumía bajo un silencio monacal. Piénsalo, los niños de los ochenta no teníamos móvil, ni internet, de hecho la mayoría ni ordenador, y los pocos que lo teníamos ni por asomo con altavoces, a lo máximo que alcanzaban los ordenadores de aquel entonces era a lanzar pitidos, así que la única forma que teníamos de ver pornografía en movimiento era esperar a que todos los miembros de la familia se fueran a la cama, y con nocturnidad y alevosía, nos levantábamos con la quietud de un monje franciscano y con las pulsaciones de un colibrí bajábamos a toda hostia el volumen de la televisión mientras le rezábamos a Hotu Matu'a para que estuvieran emitiendo alguna pecaminosa película en la que poder ver alguna mujer en pelotes.
Y olvídate de pelártela en el salón, eso era un deporte de riesgo, en cualquier momento podía aparecer tu padre y como te viera de esa guisa lo más probable era que te calentara el lomo con el cinto. Así que el procedimiento era el siguiente, tenías que ir cambiando de canal cada 10 o 15 segundos, grabar en tu mente las imágenes en las que se viera un seno al descubierto o, en mejor de los casos, un frondoso chumino, y como si de un disco SSD se tratase, te encerrabas en el cuarto de baño y te marcabas un solo de zambomba mientras visionabas en tu cabeza una y otra vez los fotogramas guarrindongos.
Pero llega el día en la vida de todo chaval en el que se dan las circunstancias y por fin puede, además de ver, escuchar una película porno, ¿y sabes?, la sensación es rara, sobre todo si la películas que te toca escuchar es uno de esos dislates de los años 90 en el que no se distingue bien entre la lujuria y la parafilia traumática del director. Me estoy refiriendo a la que hoy puede considerarse película de culto, New Wave Hookers 4, de hecho toda la saga de New Wave Hookers encierra el carácter pornográfico de su década. Además de tarados con caretas de cerdo y payasos con megapollones, el film cuenta con una de las obras maestras más delicadas de los años noventa, la deseada Chasey Lain.
He pensado que podría interesarte tener esta película y como hoy me siento generoso, no sólo voy a regalarte la película, sino que voy a incluir en el paquete la saga entera con sus 5 películas. Pero esto no es todo, como si de un anuncio de la teletienda se tratase, voy a incluir otro regalo que seguro vas a agradecerme, pero no quiero salirme del guión y voy a volver al modo teletienda.
¿Cansado de esas películas del porno retro que han sido ripeadas por auténticos subnormales que tienen un bitrate de vergüenza donde apenas se distinguen los bigotes de los actores de los lustrosos chochos de las actrices? Pues hoy es su día de suerte porque por el mismo precio que antes, es decir, cero euros, incluimos en el paquete todas las películas en formato DVD!!! (Sonido de gente asombrada murmurando lo increíble de la oferta). Así es, en este flamante archivo rar, podrá encontrar la saga entera de New Wave Hookers sin ripear, en sus VOB originales.
Pero claro, el link del archivo tampoco te lo iba a dar así en plan cutre, así que he creado para la ocasión un divertido juego con el que además de conseguir tu regalo, podrás divertirte un rato como se divertía la gente en los años 90. No sé si lo recuerdas pero hubo un tiempo en el que se popularizaron unos puzzles en los que ibas moviendo pieza por pieza en el hueco que quedaba libre hasta ordenar la imagen. Pues he programado para la ocasión su equivalente 3.0, observa bien la imagen y fíjate cómo es, pulsa una de las casillas centrales y automáticamente se desordenará, tendrás que ir haciendo clic en las casillas pegadas al hueco vacío hasta reordenar la imagen. Cuando lo termines aparecerá el link en pantalla, el cual tendrás que simplemente copiar y pegar en tu navegador. Te dejo una gran canción para que disfrutes el doble.