Acabo de acordarme de una cosa y como no tengo amigos con los que hablar he pensado que podría hacerte gracia escucharla. Sería el año 1998 más o menos, en la pandilla teníamos el típico amigo que sus padres casi siempre dejaban solo el fin de semana porque se iban a la playa. Aquello era una maravilla porque este pollo no tenía reparos a la hora de meternos a todos en su casa. Total que cuando llegaba el viernes por la tarde de un fin de semana que sabíamos que se quedaba solo, nos sentábamos en uno de los bancos de la barriada atentos de ver salir del garaje el coche de los padres, una vez lo veíamos guardábamos una media hora de seguridad por si acaso se habían olvidado de algo o volvían para recogerlo.
Tenía una habitación sólo para el ordenador y la guitarra eléctrica, también tenía un teclado, así que nos dedicábamos a grabar canciones estúpidas que improvisábamos y que se convirtieron en verdaderos éxitos en el barrio entero. Era como una película con los típicos personajes bien definidos, el friki de la informática, el salido, el porreta que era capaz de fumarse un moro, el fuerte ciclado de gimnasio y el puto esquizofrénico que había en todas las pandillas de la época dorada.
Yo que vivía muy cerca de él muchas veces me quedaba a dormir en su casa, así que la locura se extendía hasta altas horas de la noche, los únicos chochos con los que hablábamos eran los del IRC, las cenas siempre eran a base de patatas fritas y mucha mayonesa, solíamos lanzar también bolsas de pan bimbo llenas de agua desde su terraza, era un noveno así que las bolsas pegaban un petardazo cuando explotaban en el suelo que despertábamos a media comunidad.
Obviamente cuando nos cansábamos de todo eso, nos íbamos al salón y poníamos la porno de Canal+, es una verdadera locura pensar cómo ha cambiado todo a peor, o sea hace 25 años en España encendías la tele por la noche y tenías la porno de Canal+, la de Canal47, la de Onda su puta madre que no veía ni Dios y los típicos canales de anuncios eróticos que en un momento de apretón daban para paja.
Total que haciendo zapping vi que en una de las cadenas estaban echando una escena de lesbianas que era una auténtica maravilla y en otra película un maromo se estaban zumbando a una rubita. Normalmente no le echábamos mucha cuenta a la porno, entre otras cosas porque a esas horas sólo quedábamos 4 o 5 y ni que decir tiene que el que se sacara la churra para pelársela terminaría como la bolsa de pan bimbo. El caso es que yo pregunté, ¿dónde lo dejo?, y mi amigo me dijo que en la porno de la rubia. Yo me sorprendí porque la escena lésbica era de Oscar, así que le pregunté asombrado, ¿por qué?, y la respuesta le salió del alma... hombre, una pollita siempre es una pollita.
Aquella frase dicha en aquel momento hizo que nos descojonáramos todos.