El otro día tuve que reunirme con otros seres humanos en contra de mi voluntad y en uno de los momentos en los que me puse a ver el móvil, uno de ellos me preguntó "¿eso qué es?". Dicha pregunta la propició el pequeño círculo blanco que resalta sobre el negro de la pantalla.
-Es una pegatina para tapar la cámara- respondí yo.
-¿Eres un paranoico?- escupió él.
Yo no tenía ninguna gana de explicarle que existen simpáticos algoritmos que monitorizan el comportamiento de nuestros ojos, ni que silenciosos troyanos podían hacer un uso deslegitimado de nuestra cámara en pos de engordar ingentes bases de datos con expresiones faciales en todo tipo de situaciones para vete tú a saber qué endiablado fin. Así que le respondí con otra pregunta.
-¿Tú tapas la webcam de tu portátil?-
-Sí- Eso es lo que me respondió el hijo de la gran puta.
Es decir, la misma persona que tapa la webcam de su ordenador me estaba llamando paranoico a mí por hacer lo mismo con el teléfono móvil. El caso es que esa situación me hizo pensar que yo jamás le he visto a nadie tapar la cámara frontal de su teléfono. Entiendo que la chavalería que tiene S.O.C. no lo haga, ¿pero y la gente respetable?
Es posible que hasta tú mismo, querido amigo lector, compañero de fatigas cibernéticas, seas uno de esos que tapa la webcam del portátil pero no la del móvil. Y también es posible que después de leerme a mí, cuando te sientes en el retrete y abras instagram, no hagas otra cosa que mirar fijamente al objetivo de la cámara facial, pensando que un algoritmo, hacker, millonario parafílico o jefe de inteligencia militar, te está observando mientras aprietas para echar el mojón, o Dios no lo quiera, lubricándote la mano con xvideos cargando.
Si te pasa eso, te voy a contar lo que yo hago para tapar la cámara. Es un briconsejo muy sencillo. Es posible que tengas por algún cajón las vergonzantes pegatinas de Apple, las de la manzanita. Doy por hecho que eres una persona de bien y no las has pegado en el coche. Simplemente tienes que coger un perforador de folios y hacer una incisión rápida y limpia. El resultado será una pegatina perfectamente redonda con la que podrás tapar la cámara frontal de tu aparato telefónico.
Llámame paranoico si no tapas ninguna cámara, pero no lo hagas si tapas unas sí y otras no, porque entonces estás demostrando ser un paranoico a medias y no hay nada peor que ser mediocre, incluso en la paranoia hay que ser excelente.
Las pegatinas suelen caerse a los dos o tres meses, de ahí que veáis varias perforaciones.
En otro orden de cosas, el hilo de los mejores centerfolds de la historia de Playboy sigue creciendo en twitter. Créeme cuando te digo que seguirme a mí es una de las mejores cosas que puedes hacer en twitter, hablo sobre chochos peludos y latas de conserva, no se me ocurre nada mejor de lo que hablar.
El año 1981 tenemos que marcarlo en rojo. Seis meses después de Cathy Larmouth se publicó otro de los centerfolds más icónicos de la historia de Playboy. Cerca de 40 años y aún no se ha superado la cota de perfección de esta pieza de museo.
— FLESHFLY (@fleshflycom) September 20, 2020
Patricia Farinelli (Diciembre, 1981): pic.twitter.com/WGXSiKMJKS