Ahora que lo pienso llevo años escribiendo sobre las bondades del cine porno retro, pero nunca lo he hecho sobre ninguno de sus defectos, y los tiene ...creo. Así que llegados a este punto no tengo más remedio que hacerte una confesión, algo que siempre me ha molestado sobremanera, aunque también he de aclarar que no es extensible de forma general, sino más bien algo puntual de ciertos títulos que con malas artes intentaron embaucarnos con su perfume. Me estoy refiriendo a esas películas de portadas increíbles pero de lamentable contenido.
Ese sentimiento de decepción lo hemos vivido en muchas facetas de la vida, piensa en esas fotos majestuosas de hamburguesas rebosantes de salsa, frescas lechugas y lustrosos tomates, adornadas con las gotas justas de mostaza como si de Chanel Nº5 se tratase. Vas conduciendo de vuelta a casa y de repente se muestra ante ti un cartel publicitario con una de ellas, gigante, jugosa, hasta puedes olerla. Hay que ser al menos quinto dan para resistirse a tamaña tentación. Así que como un pecador resignado, te diriges al McAuto babeando como un burgajo. Recoges tu menú con patatas normales y Coca-Cola Zero, aparcas en el rincón más oscuro del aparcamiento y cuando abres el cartón se descubre ante ti una parodia de la imagen que viste cinco minutos antes. Ese día el cocinero no estaba muy inspirado, el pan estaba seco, el que echa la salsa parece que la paga él de su bolsillo, en fin por las razones que sea, pero lo que tienes entre manos es una McDecepción. ¿Qué haces? Obviamente te la comes. ¿Está buena? Sí, pero se encuentra a mil jodidas millas de ser la de la foto.
Bien pues ahora imagínate que es un viernes cualquiera de 1993. ¿Internet? ¿Qué diablos es eso? Tú ahora mismo estás yendo al videoclub para alquilar un par de películas para asegurarte el entretenimiento del fin de semana. Ves una película que se llama Temblores, con un monstruo de dientes muy grandes en la portada, es de Kevin Bacon, no dudas un segundo en cogerla. Sigues buscando y bang!! Regreso al futuro II, ya tienes tus dos pelis en la mano, pero es que son las siete y media de la tarde, no quieres meterte aún en casa así que sigues paseando por el videoclub, en esto que ves al fondo un cartel que pone sólo adultos, señala el acceso a otra habitación de luz tenue, puedes intuir lo que hay al otro lado porque en lugar de puerta tiene una de esas cortinas de tiras de plástico. En el videoclub hay un señor de poblado bigote y un hombre de mediana edad con un chándal de nylon, a ninguno de ellos parece que le vaya a importarle que cruces esa puerta, así que te armas de valor, apartas la cortina sin hacer mucho ruido y te adentras en aquel rincón para malditos intentando disimular la vergüenza con paso firme.
Por fin!! Ya estás dentro. Descubres un rincón adornado con un falo de goma grotescamente venoso y unas esposas de plástico, el atrezzo es lamentable pero te da igual porque en las estanterías hay más pechugas que en la carnicería de tu barrio, así que con tanta carne embutida en mallas de rejilla empiezas a sufrir una pequeña hipoxia, el riego sanguíneo se empieza a concentrar en la zona media de tu cuerpo, has perdido el 60% de capacidad de raciocinio, causas que te hacen salir de aquel sórdido rincón con una película más. El nombre ni lo sabes y el argumento ya te puedes imaginar, pero en la portada aparece una rubia de rojos labios besando lo que parece ser el culo desproporcionado de otra bella señorita.
Llegas a casa con el VHS de la discordia envuelto en la sudadera y no tardas en esconderlo en uno de esos cajones que siempre tienes desordenado. Puedes respirar tranquilo. Durante la cena no puedes quitarte de la cabeza la portada, las horas se te hacen eternas pero por fin ha llegado el gran momento, tu familia dormita plácidamente, cada uno en su alcoba, y tú te encierras en ese antro que tienes por habitación pero que a Dios gracias, tiene un vídeo enganchado por euroconector a una televisión de tubo de 14 pulgadas. A Temblores y Regreso al futuro le pueden ir dando por culo, tú metes "Culos para el pecado", eso sí, con el oído de un murciélago y el dedo posado en el botón de cambiar canal para poner el documental de TvE2 a la mínima señal de alarma.
El caso es que le das al play con la ilusión de un niño en Navidad y tras una decepcionante introducción compruebas que el culo no era tan grande, los labios no eran tan rojos y la rubia... bueno, no era tan rubia. Vuelves a mirar la portada a ver si se han equivocado pero no, el título no deja margen a error. Total, que igual que te pasó con la hamburguesa, te la comes, algo decepcionado eso sí.
Bien, pues esa dicotomía tan pronunciada de muchas películas entre continente y contenido, es algo que siempre me ha molestado del fascinante mundo del VHS triple X. Y es que queridos amigos, el hábito no hace al monje.
Para no quedarnos con este mal sabor de boca, me despido con estas maravillosas portadas ilustradas del cine erótico:
