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2021-02-12

La mentira del gurumelo

Hace años fui a la feria del gurumelo de Paymogo. Paymogo es un pueblo de Huelva que está a tomar por culo. Lo típico, te levantas temprano para aprovechar el día y disfrutar del viaje, que por otra parte fue lo único bonito del día. A mí comer me apasiona, no como a uno de esos snobs mediocres de copa de vino en instagram, comer para mí además de alimentarme es saciar el apetito intelectual de mi pobre y triste cerebro. Lo que estoy intentando decirte es que aquel viaje en coche a Paymogo lo disfruté con la ilusión de un niño, estuve pensando todo el camino en los gurumelos.

Cuando llegué allí tenían una carpa montada con los típicos puestos de artesanía que venden bisutería luciferina y quesos rancios. Yo fui directo a la barra y vi que en la carta tenían tortilla de gurumelos, arroz con gurumelos, croquetas de gurumelos, gurumelos al ajillo... me puse a babear como un burgajo. Le pido al camarero y me dice que aún no me podía servir, que estaban esperando al alcalde que tenía que hacer la inauguración del evento y hasta entonces no podían servir comida. Me cago en la puta madre del alcalde y del ayuntamiento entero. De vergüenza tener a todo el mundo esperando hasta que llegara el alcalde, como si fuera alguien importante. Yo de verdad que me hubiese vuelto pero iba con familia y ya estoy cansado de ser siempre el salmón que nada a contra corriente. Así que me quedé mamando hasta que llegara el alcalde, que por cierto era alcaldesa, una mature anchita de caderas que por qué no decirlo, me la puso morcillona.

Total que la mature se pasea por los puestos, siempre acompañada de los palmeros socialistas y cuando la gente empezó a refunfuñar se pusieron a servir de una puta vez. Normalmente cuando tú dejas a la gente de pueblo hacer las cosas a su modo y planificar su propio trabajo, lo hacen muy bien, pero cuando se mete un ayuntamiento por medio todo cambia, así que tenías que pedir en la barra para pedir, pagabas y te daban un papel, luego tenías que entregar el papel en otra barra para que te dieran la comida y la bebida, lo que viene siendo un estrés. Yo estaba ya hasta los cojones pero bueno todo sea por los gurumelos. Por fin llegué a la mesa con platos de arroz con gurumelos, tortilla de gurumelos y más cosas con gurumelos. Yo escuchaba a la gente decir "mmm qué rico, mmm qué suave, mmm esto, mmm lo otro" y yo con cara de póker destilando toda la mala hostia que me salía por los poros.

Una mierda para los gurumelos como el sombrero de Jorge Negrete.

A ver si nos entendemos, si hice un viaje de dos horas de ida y otras dos de vuelta, si tuve que esperar una hora a que llegara la alcaldesa, si tuve que pasear entre puestos de gente extraña y si tuve que saltar de barra en barra para terminar comiendo una puta mierda, se dice y no pasa nada. Pero es que la gente por algún motivo no es capaz de desarrollar un pensamiento crítico y sólo dice lo que su cerebro imagina y no lo que realmente es.

Espera un segundo porque creo que de aquel momento tengo fotos, voy a buscarlas un momento.

Pues no, la única foto que tengo es esta de cuando me paré a mear en mitad del campo de camino a Paymogo:

paymogo

No te miento cuando digo que fue un rotundo fracaso, no quise ni hacer fotos de aquello. Te cuento esto por dos razones, la primera porque no tengo amigos y ésta es mi única forma de compartir mis vivencias y segundo porque ayer mismo vi en un mercado de Sevilla unos gurumelos de gran tamaño por 9€ el kilo. Verás, de camino a la feria gastronómica transfronteriza del gurumelo de Paymogo, una especie de tía que tengo le comentó a mi padre que su cuñado vendía gurumelos que él mismo cogía, yo no entiendo mucho de estas cosas pero por lo visto eran gurumelos ilegales porque para cogerlos hay que tener un permiso, una licencia, qué se yo, el caso es que los vendía a 25€ el kilo. Mi padre que es un flipao le dijo que le encargara 4 cajas jajajaja 100 pavos en gurumelos, valiente cateto. Lo gracioso de todo esto es que al parecer el fulano ese se había quedado sin gurumelos porque se los habían quitado de las manos jajajaja vivimos en un mundo de locos.

La conclusión que saco de todo esto es que la gente es subnormal. Por ejemplo, si un año hubiera escasez de mortadela con aceitunas y sacaran al mercado cuatro, la mortadela se pondría por las nubes y no hay nada mejor que un producto por las nubes para atraer a catetos. Puedes pegarte toda la vida dándole la espalda a la mortadela con aceitunas pero basta que se ponga por las nubes para que los tontos se pongan a hablar de las bondades ocultas de la mortadela. Algo parecido a lo que ha pasado con las sardinas en estos últimos años. En la vida hay que tener el suficiente criterio para alabar o criticar un producto independientemente del precio que cueste. Esto me recuerda mucho cuando dije que la Alhambra de Granada es una basura.

En fin, que eso era lo que quería contarte, lo que pasa es que me da la impresión que acompañar el post con una triste foto de las afueras de Paymogo va a quedar algo soso, así que qué mejor momento que éste para desempolvar de mis antiguos legajos del porno retro restaurado una obra de arte, para deleite de todo aquel que llegue a mi humilde posada con intención de descansar del tedioso camino de las redes sociales, no seré yo quien niegue un vaso de vino y un trozo de pan con tocino a quien alegre con su compaña la soledad de este viejo lobo del ciberespacio.

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