Imagínate que un día sales a cenar con amigos, en el caso de que los tengas, y al terminar, cada uno se va para su casa, nada de copas en terracitas de mierda, nada de terminar la noche en un garito bebiendo aguarrás, olvídate de eso, simplemente se termina de cenar y cada uno se marcha en una dirección diferente. Tú no vives muy lejos, por lo que vuelves andando. La noche es extraña, no hay nadie por la calle y sólo te acompaña el pensamiento del meneo de rabo que te vas a pegar cuando llegues a casa. Al doblar una esquina escuchas un tss tssss... es un hombre mayor que está sentado al fresquito de la noche en la puerta de su casa. Disculpe joven, ¿tiene un momento?. Acercándote a aquel buen hombre de halo misterioso y mirada clara le respondes, ¿qué desea?.
Pues verá, no suelo cambiar el rumbo de la historia muy a menudo, pero hoy la temperatura acompaña y usted no tiene prisa por llegar a casa, así que quiero proponerle lo siguiente, escúcheme con atención. Yo no puedo alterar el tiempo pero si puedo cambiar el mundo, esto significa que no puedo hacerle volver al pasado ni avanzar hacia el futuro, pero sin movernos del hoy, puedo hacer que todo cambie. Así que si usted me lo pide, mañana cuando despierte, no existirá internet, nadie sabrá qué es porque jamás habrá existido, sin embargo usted sí tendrá el recuerdo. Si alguna vez le habla a alguien de youtube, las páginas web, el correo electrónico o cualquier cosa que tenga que ver con internet, lo tomarán por un lunático, un auténtico loco.
¿Pero bueno qué sentido tiene esa proposición? ¿Qué gano yo de todo esto?
Muy sencillo, como internet jamás habrá existido, la gente seguirá escuchando música en CD, los videoclubs seguirán existiendo, volverá a vivir sin redes sociales, los teléfonos sólo se usarán para llamar y no tendrán pantalla táctil, la gente volverá a pegar las fotos en álbumes en lugar de publicarlas en instagram, es decir que todo será como antes, pero a día de hoy.
¿Pero caballero y el porno? ¿Y las tetas a tan solo un clic? ¿Y las gordas enseñando con desparpajo su lozanía? ¿Y la maravillosa web de fleshfly? No sé, ¿no podría al menos dejar internet hasta la época del IRC y la Mula?
Imposible, ya que sería cuestión de tiempo que todo volviera a ser como ahora, y nada de esto tendría sentido. Para terminar de convencerlo, igual que hacen en la teletienda, le regalo en el mismo cambio de historia el sabor de los donuts, volverán a ser como antes, también el sabor de las salchichas Jamongus, y el Dan'Up, volverá Tab, los mueble bar, las ensaladas mixtas en los chiringuitos. Joven, creo que es una gran oferta.
No sé caballero, tengo mis dudas, es una oferta realmente tentadora, pero pensar que esta noche será la última de mi vida en la que veré a una gorda de enormes tetas lavando los platos en su cocina durante veinte minutos, me entristece mucho. ¿Y si borra también de mi memoria internet?
Lo siento pero eso no puedo hacerlo, usted tendría que vivir eternamente con el recuerdo de internet.
Vale, vale, pero dígame una cosa, ¿también se borraría el contenido de todos mis discos duros?, quiero decir, mañana cuando amanezca sin internet y enchufe alguno de mis discos duros, ¿seguirán estando mis vídeos de orgías, anales, gangbangs, lesbianas, hairy matures y cookolds?
Pero joven, ahí no llego, supongo que al ser productos de internet, desaparecerán, igual que pasa en la peli de regreso al futuro.
¿Supone? ¿Cómo puede suponer una cosa tan seria? Yo necesito que me lo confirme por escrito. Es que si yo conservara mis 56 Terabytes de porno, a lo mejor estaría dispuesto a aceptar, pero claro para eso me tiene que confirmar que seguirían existiendo los usb 3.0, ¿y qué pasaría con las conexiones ethernet? yo tengo un NAS al que necesito acceder en red, una cosa es internet y otra es mi red LAN.
Pero joven yo soy administrador de rumbos de la historia, no administrador de sistemas informáticos en red. Le estoy dando la posibilidad de vivir como siempre ha deseado, ¿por qué estas dudas ahora?
Yo nunca he deseado vivir sin porno, sin música a golpe de clic, sin archivos excel con información ordenada que en el fondo no vale para nada, sin discos duros llenos de pornografía que pienso ver el día que me jubile. No sé por qué pone en mi boca palabras que nunca he dicho, maldito liante.
Oiga sin faltar, que yo sólo le estoy ofreciendo lo que no para de decir en las conversaciones con sus estúpidos amigos, que si los 80, que si los chochos peludos, que si las gordas comiendo helado por el paseo marítimo con el pelo lavado oliendo a melocotón, ¿usted entonces qué diablos es lo que quiere?
Yo lo que quiero es que me deje tranquilo y que no toque nada, mañana como despierte y no tenga internet soy capaz de venir a la puerta de su casa a cagarle el felpudo.
Váyase a su casa y aclárese, maldito trasnochado.
Olvídeme usted a mí, querer dejar al mundo sin internet... valiente colgao.