¿Te acuerdas de aquel famoso vídeo de youtube donde un fulano hace música con una extraña máquina de canicas? Sí sí, ese vídeo que ya va por los 220 millones de visualizaciones.
Bueno pues no sé por qué motivo hoy me ha dado por buscar versiones de esta populosa melodía y he encontrado varias que valen la pena, pero como no te voy a tener aquí todo el día haciendo el ganso con la dichosa cancioncita, he decidido elegir sólo una de entre todas ellas, es una versión así en plan terracita urbana de cuatro payasos bebiendo garrafón. Por mi parte te invito a que la escuches mientras sigues disfrutando de mi esgrima verbal.
Bueno en realidad te he dicho yo muy rápido que sigas aquí conmigo pero la verdad es que no tenía nada más pensado para contarte, a ver a ver déjame pensar. No sé... hoy por ejemplo he pasado la tarde tranquilo comiendo fresas. Ahora que lo pienso hace tiempo que no te presento a una gorda que esté buena, y es que esto de las redes sociales si algo tenía bueno es que seguías a tres gordas y el algoritmo te iba mostrando más y más lozanas desvergonzadas. Ahora con el bueno de Elon en twitter y todos los rojos echando espuma por la boca podría estar bien pasarse por allí, pero si te soy sincero me siento como uno de esos politoxicómanos que se sientan en esas reuniones de marginados sociales para hablar con añoranza de lo que les trajo hasta allí. Por cierto hoy he visto una foto que que me faltaba de Devon Daniels de una galería que ya tenía.
No te lo vas a creer pero el otro día tuve que instalar un Windows XP para hacer una migración de una base de datos arcaica y fue bastante grato recordar el proceso de instalación del XP. Me recordó a aquellos tiempos en los que se quemaban cedés, en los que la gente guardaba sus cosas en local y no en esa cosa que ahora llaman nube, tiempos en los que la gente disfrutaba sin complejos, donde se podía disfrutar de una sana pelea entre borrachos mientras unas motos volaban sobre sus cabezas. Tiempos en los que un hombre sentado en Nueva York podía llevar al orgasmo a una mujer de Los Ángeles. Tiempos en los que beber Fanta naranja era más moderno que beber cerveza. Tiempos en los que el gordo de los Morancos podía fumar por la tele en plena entrevista.
Bueno paro ya porque me puedo pegar hasta mañana enseñándote las bondades de los tiempos del XP. Acabo de caer en la cuenta que en lugar de la generación Z, los boomers y ese tipo de polleces, podríamos hacernos llamar la generación XP.
El XP encarna los valores que representan a la generación que colonizó la red de redes.