El otro día estuve viendo una película de finales de los 80. Las películas de antes, independientemente de lo buenas o malas que sean, tienen siempre algo especial, un mensaje, una conversación, una premonición o como en este caso, un fotograma maravilloso que relata con fidelidad la grandiosa época que vivimos los más afortunados. Olvídate del título, del nombre de la actriz y ese tipo de cosas, simplemente observa tal cúmulo de perfección en un mismo plano.
Cuando hablo de belleza, no sólo me refiero a la hermosura del sexo femenino, en los ochenta el mimo por el diseño se apreciaba en cualquier rincón, da igual que fuera una cafetera, unos zapatos, un equipo de música o unas gafas, te pongo aquí varios ejemplos:
Todo estaba cuidado al detalle, los colores de una cajetilla de tabaco, el diseño industrial de los electrodomésticos o el chocho frondoso de una bella mujer.