Veranos de toda la vida
2025 06 19

Antes de nada quiero que observes un momento esta fotografía, tampoco te lleves mucho tiempo, es por esto que te voy a explicar ahora:

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Una imagen simple, sencilla. Es, o mejor dicho, era el tirador de la despensa de la cocina de mi casa de hace 25 años. Esta foto es mucho más de lo que se ve, no me refiero a esas explicaciones absurdas que dan los vendehúmos de arte moderno, déjame que te explique, en esta foto además del tirador se ven otras dos cosas muy claras, la primera el aburrimiento y la segunda la ilusión. Imagínate una de esas tardes infinitas de un verano cualquiera de los noventa, cuando observas esa foto con detenimiento casi puedes oír las chicharras, puedes sentir incluso el calor que entra por las ventanas que están a la derecha y el fresquito del aire acondicionado que te acaricia por la izquierda. Para que un chaval que ronda los quince años haga una foto al tirador de la despensa, además de estar muy aburrido tiene que estar muy ilusionado con su nueva cámara de fotos.

Recuerdo que en los noventa cuando nos comprábamos algo, lo que fuera, la ilusión nos duraba semanas, incluso meses. La vedad es que no sé si era por la ilusión que se tiene de niño o que no se tenían tantas cosas como hoy, pero la ilusión duraba mucho más. Como cuando podías pasarte los tres meses de verano jugando al Mortal Kombat de MegaDrive sin necesitar nada más, o como cuando te compraste aquel reloj Casio calculadora y te ibas a cagar con las instrucciones para aprenderte todas las funciones. La ilusión se puede ver incluso en el contraste tan alto del blanco y negro, eran horas y horas probando cosas en aquellas maravillosas versiones CS de Photoshop. Es que si lo piensas es una cosa muy loca, cuando hice esta foto aún no existían las redes sociales, ni flickr ni nada que se le pareciese, antes las cosas se hacían para uno mismo y no para entretener a los cuatro cretinos que te siguen.

Curiosamente este tipo de fotos son las que me traen más recuerdos de mi infancia a la memoria. Supongo que a ti te pasará lo mismo. Los azulejos de tu antigua cocina, la terraza donde jugabas a las chapas cuando eras pequeño, la típica planta que había en todos los salones de los ochenta, el mueble hi-fi con los vinilos de Rocío Jurado. Creo que la combinación de aburrimiento e ilusión es la fórmula para que la gente construya cosas. Por eso creo que las redes sociales están mermando la capacidad creativa de todo el mundo, es curioso porque, aunque la gente se aburra de las redes sociales, a los cinco minutos vuelven a entrar para intentar acabar con ese aburrimiento. Está todo perfectamente diseñado para tenernos aborregados.

De todas formas hoy no te voy a dar la lata con el tema de las redes sociales, pero sí te voy a advertir de otro de los peligros que nos acechan, ya te lo avisé hace tiempo en el extinto fleshfly 2.0 pero me veo en la obligación de volvértelo a recordar porque está avanzando a pasos agigantados. Me refiero a las suscripciones. Suscripciones de todo tipo, para escuchar música, para guardar tus fotos en la nube, para jugar a un videojuego, para ver tus películas favoritas, para recibir tus cartuchos de impresión de forma automática. Aléjate lo antes posible de Spotify, Netflix, Microsoft365, Adobe CC o cualquier servicio de almacenamiento en la nube. Aléjate de cualquier servicio de suscripción ya y vuelve a ser el dueño de tu entretenimiento. Creo que es el mejor consejo que vas a recibir en mucho tiempo.

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Abúrrete, ilusiónate y vuelve pronto.




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